No laves tu plato, cómetelo

Materiales biodegradables para sustituir plásticos

Por Israel Pérez
Santiago de Querétaro, Querétaro. 6 de abril de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Con el objetivo de ofrecer alternativas amigables con el medio ambiente y promover la sustitución de productos elaborados con polímeros derivados del petróleo, profesores investigadores y estudiantes de posgrado de la unidad Querétaro del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), desarrollan proyectos de investigación enfocados en la utilización de materiales biodegradables utilizando procesos industriales que originalmente están dirigidos a la producción de plásticos.
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El profesor investigador en el área de Materiales bio-orgánicos del Cinvestav, Fernando Martínez Bustos, informó que la idea fundamental de estos proyectos es la sustitución de plásticos derivados del petróleo que se utilizan cotidianamente por nuevos productos elaborados con materiales biodegradables accesibles, de bajo costo y que pueden reintegrarse al medio ambiente de una manera más rápida, como son almidones, cereales, fibras de caña de azúcar, salvado de trigo, maguey, cáñamo y raíces; con el objetivo primordial de reducir la generación de contaminantes y residuos tóxicos que afectan el medio ambiente.
“La ventaja de los productos biodegradables es que se integran al medio ambiente hasta como fertilizantes, porque se degradan fácilmente; tenemos platos hechos con fibra de trigo y almidón de maíz que pueden ser usados varias veces, incluso hasta se pueden lavar y reutilizarse. La diferencia está en que cuando llega a degradarse por el uso simplemente se puede romper y utilizarse en una composta como fertilizante”, afirmó.
Martínez Bustos señaló además que otra de las ventajas en el desarrollo de estos materiales es que se utilizan los mismos mecanismos y equipos que se usan en la industria de los plásticos, como son los procesos de extrusión-soplado e inyección-moldeo, con los que se fabrican desde bolsas de plástico, utensilios de cocina e incluso autopartes.
“Con esa misma infraestructura podemos fabricar bolsas biodegradables —que pueden reemplazar a las que se usan en los supermercados o tiendas departamentales—, platos, botellas, entre otros. En México se generan alrededor de 32 millones de toneladas de basura urbana por año, de las cuales siete por ciento, es decir, 2.24 millones, son plásticos como el polietileno, propileno, poliuretano y poliestireno, cuyos promedios de degradación varían de los 150 a los 500 años, lo que representa no solo un problema social sino hasta económico y de salud”, advirtió.

Menos contaminación

El profesor investigador de la unidad Querétaro del Cinvestav señaló que a pesar de que existen estrategias para disminuir la generación de contaminantes, como es el reciclado de algunos plásticos y papel, resultan insuficientes, pues destacó que las plantas de acopio y reciclaje solo se encuentran en las grandes ciudades.
FernandoMartinezBustos“Por otra parte, existe el inconveniente de que no todo lo que se genera de desechos puede ser reciclado porque hay algunos plásticos que contienen contaminantes tóxicos como el aluminio. La variedad de productos elaborados con plásticos es enorme, pero hemos demostrado acá en Cinvestav que muchos de ellos pueden ser sustituidos por materiales biodegradables, lo que reduciría la generación de contaminantes”, destacó.
El profesor investigador en el área de Materiales bio-orgánicos del Cinvestav, Fernando Martínez Bustos, subrayó que en Europa y algunas ciudades de los Estados Unidos se ha impulsado por decreto la fabricación y uso de productos biodegradables, por lo que es muy importante que en México se asuma este compromiso y se promueva la generación de empresas en este ramo.
“En México hay pocas empresas que están interesadas en incursionar en la producción o comercialización de productos biodegradables porque la industria de los polímeros derivados del petróleo es un poco más barata; pero a la larga, apostarle a esta industria resulta mucho más económico si lo vemos desde la perspectiva de las inversiones que se realizarán para revertir los efectos de la contaminación o enfermedades que pueden generar en el ser humano. Muchas materias primas de los productos biodegradables son residuos agroindustriales, como por ejemplo las cáscaras de frutos como la piña, el bagazo de la caña de azúcar, el salvado de trigo, la cascarilla de maíz, las fibras que se generan de la piña del maguey para la producción del tequila, entre otros. Lo que hace falta son empresarios con una visión para apostarle a este tipo de proyecto de negocio, porque es una industria que tiene muchísimo futuro dadas las tendencias mundiales y las dificultades que se están viendo actualmente con el petróleo”, finalizó.

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